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domingo, 9 de marzo de 2014

Una bocanada reflexiva



Una bocanada reflexiva 
Por: Karina Torrealba

El compartir continuamente conocimientos, puntos de vista y experiencias con personas ajenas a la familia, con trabajos y profesiones distintas, sin lugar a dudas, hace que cada jornada se transforme de lo rutinario a un aprendizaje rico y extraordinario.

El estudiar y convivir con individuos desconocidos, se convierte desde la primera sesión, en una introspectiva de pensamientos y sentimientos, y precisamente el pensamiento crítico y la reflexión constante en el día a día, se vuelve una necesidad real en nuestra cotidianidad.

            El pensar antes de hablar, y el hacer una reflexión de lo que puede pasar antes de hacer o accionar, se convierte en parte de cada movimiento y cada decisión. Y es que definitivamente, hay que observar en lugar de ver, o, escuchar en vez de simplemente oír, ya decía muy acertadamente un animado que se hizo famoso en los años 90’s (Los Thundercats - Leono) “Espada del augurio, quiero ver más allá de lo evidente” ojalá todos lo practicáramos y aplicáramos.

            Por otra parte, también puedo decir con convicción que la cultura forma parte del modelo social de cada país, sin embargo, me doy cuenta que la raíz de cada cultura comienza con el comportamiento de cada individuo, y para mantenerla, expongo mi propia reflexión: “La lectura es una emergencia en la sociedad”.

            En este sentido, considero que los valores están en peligro de extinción, de la cortesía, por ejemplo, quedan pocos especímenes, ya se hace hasta extraño recibir los buenos días, buenas tardes, buenas noches, por favor y gracias (que incluso llegan a ser palabras de poder), y si somos nosotros quienes saludamos, agradecemos o nos despedimos, recibir reciprocidad es casi una sorpresa. Igualmente, si hablamos del respeto, éste, ha cambiado hasta su estructura o manejo, bien decía el profesor, cito y lo tomo como patrón: “ahora los hijos tienen la certeza de que son mejores que los padres”… antes, eran los padres figura ejemplar para tomarlos como nuestros modelos o incluso, ideales inalcanzables para los hijos, por ende, en los tiempos de ahora, el respeto (al menos ese, de hijos a padres) no se aplica de la misma forma.

            Por otro lado, me queda claro que los verdaderos líderes se forman con lectura, con mucha lectura, pero los mejores líderes siempre han sido mártires de la historia universal, quienes han dado incluso  su vida por el bienestar, cuidado y derechos de los demás (al menos en mi criterio) menciono: El Papa Juan Pablo II (quien llevó a todas las latitudes su mensaje de paz y dedicó su vida al amor, la inclusión, la juventud, el diálogo entre religiones distintas, entre otras), Martin Luther King (quien luchó hasta el final de su vida por los derechos civiles de los negros, la igualdad y la paz), Mahatma “gran alma” Ghandi (líder de la no-violencia), La Madre Teresa de Calcuta (rostro de amor, puro corazón y vocación, estuvo siempre al servicio de los pobres, los NO amados y los más necesitados), Lady Diana de Gales (princesa de las causas u obras benéficas y de los niños con necesidades urgentes), entre muchos otros, con convicciones totalmente distintas a las de los “líderes” que hoy ostentan el poder de sus naciones.

          Entonces: es momento de creer para crear, de no tener miedo de soñar, de ser líderes y precursores de nuestros propios valores y convertirnos en modelos de la sociedad, no olvidando que la lectura es fundamental para el desarrollo mental y sentimental, una bocanada reflexiva hace falta en mommentos de silencio.